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Casas vacías y gente sin casas

Por Fander Falconí  

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español, señaló recientemente, en un foro ante decenas de grandes empresarios, que “la crisis ya es historia”.

Apenas unas semanas antes del mensaje optimista de Rajoy, la española Carmen Martínez, de 85 años, fue desahuciada de su casa en Madrid. Su vivienda valorada en 160 mil euros fue utilizada por su hijo para avalar un préstamo de 40 mil euros, con un particular a quien no pudo pagar.

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Por Fander Falconí  

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español, señaló recientemente, en un foro ante decenas de grandes empresarios, que “la crisis ya es historia”.

Apenas unas semanas antes del mensaje optimista de Rajoy, la española Carmen Martínez, de 85 años, fue desahuciada de su casa en Madrid. Su vivienda valorada en 160 mil euros fue utilizada por su hijo para avalar un préstamo de 40 mil euros, con un particular a quien no pudo pagar.

El drama de Carmen se repite. Miles de personas viven la angustia de haber perdido sus viviendas y, para colmo, tienen que seguir pagando sus hipotecas.

Antes de 2007, hubo un absurdo boom de la construcción privada, que tentó a las familias a endeudarse, en euros, con un interés, entonces, de 3% o 4% anual y con préstamos hasta 40 años. Los bancos y cajas prestaron por encima del valor que ahora tienen esos inmuebles hipotecados.

Luego sobrevino la crisis económica y un enorme desempleo (25% de la PEA). Una parte del origen de la crisis tiene como origen el estallido de la burbuja inmobiliaria y los papeles basura; por la sobrevaloración de la vivienda, gracias a la desregulación del mercado que promueve el neoliberalismo. Al mismo tiempo, hubo cláusulas abusivas, o sea préstamos hipotecarios con condiciones lesivas.

Mucha gente quedó entrampada en hipotecas inmobiliarias. Entre ellos, miles de inmigrantes ecuatorianos, colombianos y peruanos. Una terrible situación que incluso provocó suicidios. La publicación ‘Emergencia habitacional en el Estado español. La crisis de las ejecuciones y los desalojos desde una perspectiva de derechos humanos’, elaborada por el Observatorio DESC y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), resalta que las entidades que más desahucian son Bankia (20%), BBVA (15%), Caixa Bank (15%) y Santander (14%).

Nuestros compatriotas no pueden ser perseguidos por el sistema financiero en Ecuador. Es el único país que tiene una norma jurídica de protección -la ley Orgánica para la Regularización de los Créditos para Viviendas y Vehículos de junio de 2012-. Además, nuestra embajada en Madrid proporciona asesoría legal gratuita a los afectados.

En el primer semestre de 2014, más de veintiséis mil quinientas familias se vieron obligadas a entregar su vivienda a la banca ante la imposibilidad de pagar la hipoteca. Aparte hay que sumar las miles de familias que entregaron sus viviendas desde que empezó la crisis y el creciente número de desahucios por alquiler, como denuncia la PAH.

Es muy preocupante, así mismo, el descenso de las daciones en pago (dar la vivienda en pago por la deuda adquirida con el banco). En otras palabras, familias obligadas a entregar sus viviendas y con una deuda impagable de por vida.

Una trampa perversa del capital: urbanizaciones vacías y gente sin casas (más de 3 millones de viviendas vacías). Mientras la banca no logre dar salida a los bienes inmobiliarios que poseen, no se superará la crisis, y los mensajes optimistas de Rajoy caerán en saco roto. Al fin y al cabo, la vivienda es un derecho fundamental de las personas, tal como lo dijeron muy altivamente nuestros migrantes en la reunión del consejo ciudadano sectorial sobre hipotecas, organizada por la Cancillería, en Madrid, el pasado fin de semana.

El Telégrafo, Ecuador.

 

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