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Construcciones Peñalosa

Por Yohir Akerman  

Después de diez largos años de tire y afloje la Corporación Autónoma Regional (CAR) en el 2011 declaró como zona de protección ambiental un área de 1.395 hectáreas que hacen parte de la Sabana de Bogotá.

La zona fue llamada Reserva Forestal Thomas Van der Hammen en honor al científico, arqueólogo, geólogo, botánico, micólogo y profesor colombo-neerlandés que dedicó siete años de su vida al estudio de esa particular franja por su valor ecológico.

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Por Yohir Akerman  

Después de diez largos años de tire y afloje la Corporación Autónoma Regional (CAR) en el 2011 declaró como zona de protección ambiental un área de 1.395 hectáreas que hacen parte de la Sabana de Bogotá.

La zona fue llamada Reserva Forestal Thomas Van der Hammen en honor al científico, arqueólogo, geólogo, botánico, micólogo y profesor colombo-neerlandés que dedicó siete años de su vida al estudio de esa particular franja por su valor ecológico.

Su visión era hacer un corredor entre los Cerros Orientales y el río Bogotá, y con eso contribuir a la captura de carbono y hacer el segundo pulmón de la ciudad. A finales del año pasado la CAR, con el propósito de su conservación, expidió el Plan de Manejo Ambiental de la reserva en él se definieron puntos claros como la prohibición de construir nuevas vías vehiculares.

Pareciera un acucioso y estructurado plan con fuertes argumentos.

Pero no lo es así para el alcalde Enrique Peñalosa, quien insiste en llamar la reserva unos “potreros costosos con vacas” y por eso su administración realizó una solicitud a la CAR para modificar el uso del suelo y poder urbanizar el 90 por ciento de la zona, dejando únicamente unos corredores ecológicos en la reserva. Perdón, en los potreros.

Habría que cambiar el nombre de este proyecto de Reserva Van der Hammen a Construcciones Peñalosa.

Sobre todo porque, coincidentemente, la propuesta del Alcalde es casi idéntica a la de los propietarios de los predios.

En junio de 2009, la Asociación para el Desarrollo Integral de la Zona de Influencia de la Vía Suba-Cota (Asodessco) propuso la creación de los corredores ecológicos con el fin de proteger el valor comercial de sus predios.

Los terrenos de Asodessco, que son dueños del 90 por ciento de la propiedad de la Reserva Van der Hammen, se devaluaron terriblemente desde que se decretó la utilidad pública del área porque su uso quedó restringido a la preservación y la conservación, y no se pueden hacer construcciones nuevas.

Hasta que llegó Peñalosa.

Los grandes beneficiados con este proyecto de la Alcaldía, fuera de los constructores que tendrá este ambicioso plan, serán los propietarios de los lotes.

Otra coincidencia, ya que según los archivos del Consejo Nacional Electoral de los casi 2.700 millones de pesos que recibió el burgomaestre en donaciones para su campaña, más de 1.100 millones de pesos fueron donados por empresas del sector de la construcción.

El mayor aportante fue la sociedad Dónde Adquirir Vivienda SAS, que es la editora de la revista Estrenar Vivienda dedicada al sector de la construcción, que giró la bicoca de 200 millones de pesos.

Así, del total de los dineros que las empresas constructoras destinaron a financiar a candidatos a la Alcaldía, más del 80 por ciento terminó en la campaña de Peñalosa.

Todo puede ser coincidencia, seguramente.

Lo que si no lo es, sino una contradicción, es la postura del secretario de Ambiente de la Alcaldía, Francisco José Cruz Prada, quien salió a defender la propuesta de Peñalosa diciendo que el reciente concepto de la CAR sobre la Reserva Van der Hammen, es equivocado.

Por un lado esto es sorpresivo ya que según la hoja de vida del señor Cruz, antes de su puesto en la Alcaldía trabajó por tres años como director de Evaluación y Seguimiento Ambiental de la CAR, es decir que estuvo involucrado en el concepto que ahora desvirtúa. No es claro si hay que creerle al Cruz de Peñalosa o al Cruz de la CAR.

Por el otro lado esto es preocupante ya que el señor Cruz no parece tener el mejor prontuario en el tema de los macroproyectos.

En contra de este funcionario cursa una investigación en la Contraloría por un detrimento patrimonial cercano a los 50 mil millones de pesos en la construcción del fallido Aeropuerto de Palestina, cuando este se desempeñaba como Gerente de Aerocafé. (Ver El Secretario del mal ambiente)

Incluso, según la Silla Vacía, en Caldas circula una broma que dice que el único avión que ha despegado del Aeropuerto del Café es su ex gerente el señor Cruz. Ojala sea el único funcionario empantanado que termine involucrado en el complicado tema de la Reserva Van der Hammen. Perdón, en los potreros.

@yohirakerman

El Espectador, Bogotá.

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