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El acuerdo y el bolsillo

Por José Roberto Acosta  

La terminación del conflicto con las Farc definitivamente no es un paso hacia atrás, pero tampoco es un gran salto hacia adelante, pues sólo es uno de tantos conflictos que subsisten.

Nadie cree el cuento del Gobierno de que con el acuerdo se lograría un crecimiento adicional entre el 1,1 % y el 1,9 % anual en la economía, en momentos de un ciclo económico mundial muy adverso, en el que el Fondo Monetario sigue alineando sus pronósticos de crecimiento a casi cero y en el que el mercado interno se desacelera, en medio de un deterioro de la cartera financiera y del crédito a proveedores en el sector real.

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Por José Roberto Acosta  

La terminación del conflicto con las Farc definitivamente no es un paso hacia atrás, pero tampoco es un gran salto hacia adelante, pues sólo es uno de tantos conflictos que subsisten.

Nadie cree el cuento del Gobierno de que con el acuerdo se lograría un crecimiento adicional entre el 1,1 % y el 1,9 % anual en la economía, en momentos de un ciclo económico mundial muy adverso, en el que el Fondo Monetario sigue alineando sus pronósticos de crecimiento a casi cero y en el que el mercado interno se desacelera, en medio de un deterioro de la cartera financiera y del crédito a proveedores en el sector real.

El descuadre fiscal es de lo más grave, como lo prueba la disonante amenaza del presidente Santos, según la cual, si no se le aprueba el plebiscito, le clavará a la clase media una reforma tributaria centrada en el IVA, que ya tiene en el tintero. Ultimátum al que se sumó la Asociación de Instituciones Financieras (ANIF), justificando el protagonismo del aumento del IVA bajo la falsa premisa de que atacar la corrupción estatal, la elusión y la evasión tributaria es una salida “facilista” que tomaría otra década y sería insuficiente para cerrar el hueco fiscal que ya hoy es de $30 billones cada año y tenderá a crecer por cuenta de los “chulos oportunistas del posacuerdo”. En definitiva, según los banqueros, es mejor dejar eso de la corrupción y eso de la evasión fiscal para otro momento. ¿Para cuándo? ¿Para el próximo posacuerdo?

Ya el Gobierno obedeció a la ANIF y en el Plan Fiscal de Mediano Plazo suspendió la cacareada Regla Fiscal, tal y como varios anticiparon, permitiendo mayor descuadre fiscal, dizque para no incurrir en mayor deuda pública, pues, paradójicamente, la propia ANIF la ha calificado de ser esquema piramidal en el que el Gobierno se endeuda eternamente sólo para pagar intereses y mantener la caña a ojos de los mercados.

Los banqueros ya tomaron posición y defienden su bolsillo, por lo que todo parece que la víctima de más impuestos será la clase media, algo ya advertido y que sucedería con la terminación del conflicto o no, con plebiscito o no, ya que el tema económico poco o nada está dependiendo de La Habana.

@jrobertoacosta1

El Espectador, Bogotá.

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