Columnistas
El colapso de Transmilenio, el derecho a la movilidad y un pliego de peticiones
Por Horacio Duque
Van 6 semanas de gobierno del neoliberal Peñalosa en la Alcaldía de Bogotá y los problemas se complican para millones de personas, especialmente los más pobres y débiles socialmente.
El problema de la movilidad es descomunal. La misma, que es un derecho esencial de los ciudadanos, especialmente en las grandes metrópolis, no logra cobrar forma en su plenitud por distintas razones.
La principal, pienso, es la incompetencia de las instituciones públicas para organizar adecuadamente los sistemas de transporte masivo.
Por Horacio Duque
Van 6 semanas de gobierno del neoliberal Peñalosa en la Alcaldía de Bogotá y los problemas se complican para millones de personas, especialmente los más pobres y débiles socialmente.
El problema de la movilidad es descomunal. La misma, que es un derecho esencial de los ciudadanos, especialmente en las grandes metrópolis, no logra cobrar forma en su plenitud por distintas razones.
La principal, pienso, es la incompetencia de las instituciones públicas para organizar adecuadamente los sistemas de transporte masivo.
En Bogotá funciona Transmilenio, que es un sistema de transporte masivo con troncales, estaciones, portales y articulados, organizado para darle vigencia al derecho a la movilidad. En años recientes, se han dado avances para incluir otros elementos en una macro estructura conocida como SITP.
Sin embargo, las fallas son enormes y las consecuencias son demoledoras para los usuarios de Transmilenio.
Van dos semanas de duras protestas en diversos puntos de la ciudad contra el caos y mal servicio del sistema. La gente indignada hace protestas y ejecuta acciones en Soacha, Bosa, Portal de las Américas, la Calle 80 y por la Caracas.
Peñalosa, como buen neoliberal, refuerza el Estado securitario, y bolillo en mano con el Esmad de la Policía, arremete contra la inconformidad criminalizándola y estigmatizándola como vandálica y violenta.
Alrededor de Transmilenio se ha articulado un movimiento social que impugna una cadena de atropellos y arbitrariedades.
Dicho movimiento social está conformado por varias aristas. Además de la demanda para transformar prioritariamente las actuales troncales está el amplio reclamo para que se construya el Metro con los estudios hechos hasta el día de hoy.
Peñalosa quiere dañar e interrumpir el proyecto para construir ya el Metro, para lo cual se ha inventado la más sofisticada artimaña con el fin de impedir su concreción.
El movimiento social visibilizado con las últimas protestas debe ordenar sus peticiones en un Pliego comunal por el derecho a la movilidad de los bogotanos.
Tal Memorial debería incluir los siguientes puntos:
Cambios, ajustes y arreglos en las troncales, rutas, frecuencias, estaciones, tarifas diferenciales (para reducirlas más) y en los articulados que muestran grave y riesgoso deterioro.
Acciones concretas para convocar las licitaciones que permitan la construcción inmediata de la Primera Línea del Metro.
Congelamiento de las tarifas.
Organizar y difundir un reglamento con los derechos y deberes de los usuarios del Sistema.
Transparencia en la renovación de los contratos a los 12 operadores que monopolizan el servicio.
Actualizar la matriz de viajes origen-destino en todas las troncales y de las rutas del SITP.
Reingeniería total de la operación en rutas, programación de buses y funcionamiento de los buses zonales.
Revisar la demanda de pasajeros (origen y destino) en todas las troncales, estaciones y portales.
Revisión de rutas y frecuencias y horarios de buses.
Mejorar 20 rutas con alta demanda de pasajeros, entre semana y fines de semana.
Ampliar los horarios del servicio, para que inicien sus operaciones desde las 3 y media de la mañana como en Usme y Suba.
Ordenar las licitaciones para construir Transmilenio por la Avenida Boyacá, Soacha, por la Avenida 68, por la Carrera Séptima y la ciudad de Cali.
Adelantar los arreglos estructurales de la Troncal Caracas, con tuneles y puentes que faciliten la velocidad de los articulados.
Respaldamos las justas protestas y peticiones de los usuarios de Transmilenio y rechazamos el manejo policial y judicial que el señor Peñalosa y sus comandos policiales le están dando.