Columnistas
El ocaso de los dioses: arde Europa
Por Fander Falconí
La salida del Reino Unido de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE) fue muy diferente a su entrada. En los años 60, el Reino Unido quiso ingresar al mercado común e irónicamente tuvo la oposición de un personaje creado por la inteligencia militar británica: Charles de Gaulle. Cuando Gran Bretaña entró a la entonces Comunidad Europea, ya había muerto De Gaulle y se esperaba el refuerzo en Europa. Hoy, dicen, la salida cogió a todos por sorpresa.
Ni tanta sorpresa. La UE ha estado dominada por Alemania, algo chocante para los vencedores de la II Guerra Mundial, y una élite de Francia. Los miembros periféricos de la UE (como Grecia o España) todavía son vistos por encima del hombro. Y la parte pobre de Gran Bretaña (léase el norte industrial de Inglaterra) ha sufrido por las políticas energéticas dictadas desde Bruselas. Demasiada electricidad en el verano y muy poca en el invierno.
Por Fander Falconí
La salida del Reino Unido de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE) fue muy diferente a su entrada. En los años 60, el Reino Unido quiso ingresar al mercado común e irónicamente tuvo la oposición de un personaje creado por la inteligencia militar británica: Charles de Gaulle. Cuando Gran Bretaña entró a la entonces Comunidad Europea, ya había muerto De Gaulle y se esperaba el refuerzo en Europa. Hoy, dicen, la salida cogió a todos por sorpresa.
Ni tanta sorpresa. La UE ha estado dominada por Alemania, algo chocante para los vencedores de la II Guerra Mundial, y una élite de Francia. Los miembros periféricos de la UE (como Grecia o España) todavía son vistos por encima del hombro. Y la parte pobre de Gran Bretaña (léase el norte industrial de Inglaterra) ha sufrido por las políticas energéticas dictadas desde Bruselas. Demasiada electricidad en el verano y muy poca en el invierno.
Además, la cuenta de electricidad típica es el doble de la de Estados Unidos. Eso en el único país europeo occidental que dispone de petróleo en cantidades, a más de carbón, y que fue un modelo de la energía accesible a todos. Alemania ya estaba lista para usar energía alternativa; Gran Bretaña, no.
Hace 20 años se filmó una comedia inglesa, con el típico humor negro británico. The Full Monty trata de un grupo de obreros desempleados de una metalúrgica de Sheffield (norte de Inglaterra) que deciden ganarse la vida haciendo striptease masculino en bares para damas. Las políticas conservadoras al estilo Thatcher, más la aceleración alemana en la UE, unieron a un proletariado, en particular a los mayores, cansado de promesas y receloso de la inmigración.
Pero, como dijo el poeta inglés John Donne hace 400 años: “Ningún hombre es una isla… todo hombre es parte del continente”. Y lo que acaba de pasar en Gran Bretaña repercute en todo el mundo. Las elecciones españolas de este domingo lo ilustran en forma clara. Se decía que la alianza Podemos Izquierda Unida podía quedar en segundo lugar, por sus propuestas de reformar la Unión Europea. Pero la alianza de izquierdas quedó tercera y los socialistas quedaron segundos. El gran ganador de las elecciones en España es Mariano Rajoy y su plataforma conservadora. La razón se intuye: el Partido Popular, que es el partido de gobierno, usó el caso de la salida británica para sembrar el pánico. Es decir, advirtieron al electorado que las propuestas radicales de Podemos e Izquierda Unida para reformar a la UE podían causar la salida de España. Más vale mal conocido que bueno por conocer.
En el caso latinoamericano, no hay que soñar en la subida del precio de las materias primas y el petróleo, que más bien bajó un poco. Eso puede venir, pero porque a Estados Unidos le está costando mucho extraer o porque Arabia Saudita puede decidir cortar un poco el chorro para subir el precio. Más bien la baja del euro y de la libra esterlina hará subir al dólar y será más duro vender nuestros productos.
El Telégrafo, Ecuador.