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Mayor intercambio desigual

Por Fander Falconí  

Los países productores de materias primas y bienes primarios compiten unos con otros para colocar sus productos en un mismo mercado que se encuentra en crisis (el capitalismo central). Esta competencia implica producir más para bajar los precios y conquistar más mercado.

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Por Fander Falconí  

Los países productores de materias primas y bienes primarios compiten unos con otros para colocar sus productos en un mismo mercado que se encuentra en crisis (el capitalismo central). Esta competencia implica producir más para bajar los precios y conquistar más mercado.

Al hacer todos lo mismo (Perú compite con Chile en la exportación de cobre; Ecuador con Costa Rica y Colombia en la exportación de banano; Paraguay con Argentina en la de soja) se intensifica la explotación de los recursos naturales, se profundiza la desigualdad del intercambio y se beneficia el capitalismo central, que recibe más materiales a menores precios.

Si además existen restricciones, como la impuesta por la Unión Europea al banano, el resultado es mucho peor, pues la intensidad del uso de recursos naturales y de mano de obra es la única forma que tienen los países para ganar mercados acotados, sin contar con la manipulación de los mercados que propician las grandes transnacionales de la fruta.

La principal consecuencia económica del intercambio desigual es la aceleración de la intensidad de explotación de los recursos naturales. Esto se expresa en la necesidad estructural de los países del Sur de incrementar, en forma constante, su producción de materias primas, para obtener mayores recursos monetarios o, incluso, mantener los que siempre suelen recibir.

Un artículo de investigadores de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), ‘Déficit comercial y déficit físico en Sudamérica’, publicado en línea en el Ágora de Flacso Andes, alerta sobre la evolución desfavorable en los términos de intercambio en América del Sur. En el caso de Colombia, Ecuador y Perú, los autores del artículo -Pablo Samaniego, María Cristina Vallejo y Joan Martínez Alier- comprueban que ocurrió una mejora en los términos de intercambio, pero que para el período 2012-2014 esa mejora ha finalizado. 

La investigación sostiene que, en términos estructurales, existe una relación de intercambio desfavorable que se observa en dos ámbitos: por una parte, se registran persistentes déficits o pérdidas físicas, es decir, se exportan más toneladas de materiales que se importan. De esta manera, se pierden recursos naturales. En años recientes, esta trayectoria es acompañada por un déficit en la balanza comercial monetaria, que compone el segundo ámbito de deterioro estructural en el comercio exterior de las economías sudamericanas. 

En 2013 Colombia tuvo un superávit en la balanza comercial, pero en 2014 ya no. Exporta 4 o 5 veces más toneladas que importa y no puede ni pagar las importaciones. También en Brasil y Argentina las toneladas exportadas son mayores que las importaciones. Sin embargo, Brasil ya entró en déficit comercial entre enero y marzo de 2014 de 6.072 millones de dólares, el mayor para un trimestre en 21 años, y Argentina ha visto casi desaparecer su superávit comercial entre 2012 y el primer trimestre de 2014 (el superávit comercial se redujo en 3,5 veces comparando el primer cuatrimestre de 2013 y 2014). Esto ocurre a pesar de que las monedas de ambos países se han devaluado en forma constante, en un intento de exportar todavía más cantidades y de frenar importaciones.

En el actual libre comercio mundial, hay abundantes certezas de un intercambio desequilibrado para los países del Sur.

El Telégrafo, Ecuador.

 

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