¿Por qué Isagen debe seguir siendo patrimonio nacional?

Por Luis Roberto Schmalbach Cruz*  

El sistema eléctrico nacional compuesto por más de 50 pequeñas y grandes empresas generadoras de electricidad, de las cuales el 67% es de energía hidráulica y el 33% restante térmica, viene concentrando la generación en cinco grandes empresas encabezadas por EPM, seguida por Isagen, Endesa, Celsia y la estadounidense AES que cuentan con las mayores centrales hidroeléctricas del país.

Buena parte de las empresas eléctricas tienen una participación accionaria estatal representada en la municipalidad como es el caso de las Empresas Públicas de Medellín y otros municipios, así como mayoritariamente la nación tiene en Isagen el 57% de su capital accionario.

No obstante con los cambios de la constitución de 1991, con base en la cual se dio promulgación de las leyes 142 y 143 de 1994, se abre la participación del sector privado en la cadena del negocio eléctrico nacional en generación, transmisión, distribución y comercialización.

En ese marco general Isagen surge en 1995 de su separación de ISA para encargarse de la operación de generación y comercialización de energía, llegando en 20 años a tener siete centrales eléctricas: Amoyá, Termocentro, San Carlos, Jaguas, Miel I, Calderas y Sogamoso, con las que hoy tiene la capacidad de abastecer el 16%  de la demanda eléctrica nacional, cuyo reporte a 30 de septiembre de 2014 generó 7477 GW hora de energía sin contabilizar la de la recién inaugurada Central Hidroeléctrica Sogamoso que entró en operación en diciembre del año que terminó.

Si se observan con detenimiento las cifras de Isagen y la cuantiosa suma que invirtió en la hidroeléctrica del río Sogamoso no se hallará una sola razón que justifique su privatización o venta a un tercero así sea otra empresa de carácter oficial municipal o departamental, si es que alguna tiene la capacidad de adquirirla.

Isagen ha venido aumentando su capacidad de generación de 1625 megavatios que recibió de la separación de ISA hace 20 años a 3032 megavatios hoy más los 820 que genera Sogamoso lo que la convierten en la segunda empresa generadora de energía del país.

El comportamiento económico de Isagen cuyos ingresos al tercer trimestre del 2014 ascendieron a un billón 726 mil millones de pesos que significan que crecieron del 16 % con referente al mismo periodo del 2013, sin considerar el último trimestre del 2014 ni la entrada en operación de hidroeléctrica de Sogamoso.  Con estos ingresos la empresa registró un margen operacional del 2 3% después de costos, unas utilidades del $302 mil 542 millones de pesos, luego de pago de impuestos y quedó con una capacidad de caja, es decir una liquidez de $490 mil 377 millones con lo que su EDITBA le da un de soporte del 28%.

Todo esto se va a ver fortalecido con la generación de 5056 gigavatios adicionales al año que será capaz de producir Sogamoso, con los que la empresa aumentará sus ingresos en más del 12 %, las utilidades en 6 % y dará una fortaleza del 50 % al EDITBA, con lo cual al finalizar el año 2015 contabilizará ingresos por más de $2 billones 700 mil millones de pesos.

De lo anterior se puede colegir que Isagen es un negocio que beneficia a la nación, porque de un lado garantiza el suministro energético que demanda el país y le genera recursos sostenibles al tesoro nacional.

Ahora bien, mal negocio el que pretende realizar el presidente Santos y su ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, con la venta que vienen anunciando de la empresa, que tuvieron que suspender el 10 de agosto del año pasado por la oposición de muchos sectores del país que no ven razonable vender una empresa que le sirve al patrimonio nacional. ¿Cómo se justifica vender a Isagen por $5 billones, si la sola inversión de la empresa en la Central Hidroeléctrica Sogamoso ascendió a 4,3 billones de pesos?.

El negocio de vender Isagen en semejantes condiciones tan desfavorables para el país, con el falaz argumento de financiar parte de las obras de la vías 4G, finaliza siendo el negocio de vender huevos para compra huevos, porque al descontar de los ingresos de la supuesta venta de Isagen la inversión que se hizo en Sogamoso, el que se queda con la tasa interna de retorno de esa inversión será el que compre la empresa y el país se queda con la deuda, es decir sin el queso y sin el pan.

En conclusión Colombia sale perdiendo y las comunidades sufriendo las consecuencias del impacto que ocasionó la construcción de la represa, porque para el privado que venga ese no será su problema pues su negocio es producir y vender energía, siendo estas razones de sobra para impedir su venta.

*Diputado de Santander por el Polo Democrático Alternativo.