Próxima reforma tributaria: la tercera es la vencida

Por Mario Alejandro Valencia  

La reforma tributaria que viene recaerá sobre las personas de ingresos bajos y medios, los más ricos entre los ricos seguirán durmiendo tranquilos.

El 71 % del nuevo recaudo en impuestos que provocará la próxima reforma tributaria provendrá del aumento en los impuestos indirectos, es decir, aquellos que pagan los ciudadanos sin importar su nivel de ingreso: IVA, impuesto a la gasolina y al consumo. Los más ricos entre los ricos, seguirán durmiendo tranquilos.  Así lo está considerando el presidente Juan Manuel Santos y su ministro Mauricio Cárdenas, quienes presentarán en pocas semanas la tercera reforma tributaria del actual gobierno.

Todos los diagnósticos sobre la estructura de los impuestos en Colombia coinciden en que estos son inequitativos, regresivos, complejos, no contribuyen a mejorar la distribución del ingreso y provocan elevados índices de pobreza. Este es el análisis que hace la llamada comisión de expertos para la reforma tributaria. Sin embargo, así ha sido durante un largo tiempo y en las 12 reformas de los últimos 20 años no se ha corregido.

En efecto, a diferencia de los países desarrollados, en Colombia la concentración de la riqueza es prácticamente la misma antes y después de impuestos. Por eso estos no ayudan a recortar la enorme brecha entre ricos y pobres, ni a crear bienes públicos para mejorar el bienestar y la competitividad, las dos principales funciones de los impuestos en una sociedad.

El problema es estructural y –lamentablemente– la próxima reforma no lo corregirá porque ya se anunció que será nuevamente para resolver la aguda crisis fiscal que provocó el derroche de los recursos del petróleo y los otros minerales. Una política económica responsable debe preocuparse por dos cuestiones fundamentales: 1) estimular la creación de riqueza, a través de actividades productivas que generen alto valor agregado y trabajos de calidad, para que existan fuentes sanas de recaudo tributario; y 2) una adecuada distribución de la riqueza para hacer una sociedad más justa e igualitaria, como ocurre en las naciones con mayor calidad de vida. Ninguna de las dos se cumple en Colombia y el gobierno no está preocupado por una solución. La próxima reforma tributaria recaerá sobre los sectores de ingresos bajos y medios, aumentando considerablemente el IVA. Si el Congreso de la República aprueba lo que el gobierno está contemplando, el IVA subirá del 16 % al 19 %. Productos como chocolate, trigo y aceite tendrían IVA del 10 % y otros como leche, huevos, carne, arroz, maíz, internet y ¡los libros!, tendrían IVA del 5 %. Con razón la Cámara Colombiana del Libro puso el grito en el cielo expresando: ¿a quién se le ocurriría gravar con IVA a los libros? Pues a la comisión de expertos, que por cuenta de esto transferirá de los bolsillos de los colombianos a las arcas del gobierno de Santos $13,9 billones al año.

Personajes como Guillermo Perry, Leonardo Villar, Alfredo Lewin (el mismo de los papeles de Panamá), Natalia Salazar y Ricardo Bonilla, entre otros, consideran que los hogares de ingresos bajos y medios deberían pagar más impuestos en IVA y en renta, mientras don Luis Carlos y sus similares siguen gozando de enormes beneficios tributarios, y otros tantos esconden su riqueza en los paraísos fiscales.

Es necesario que desde ya se ponga en la agenda de todos los sectores políticos, sociales, empresariales y sindicales la oposición a la reforma tributaria, que aleja al país de los anhelos de paz y la búsqueda del desarrollo.

@mariovalencia01

Las 2 Orillas, Bogotá.