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Reforma tributaria: otro raponazo a las universidades

Hay que decirlo con claridad: serán perversos los efectos de la reforma tributaria que presentó el gobierno nacional, entre otras cosas, por su golpe contundente a la clase media y los pobres de Colombia.

Por Amaury Nuñez

Por cuenta de incrementar el recaudo de impuestos indirectos, regresivos e inequitativos, que gravan por igual al que más tiene y al que menos tiene, se espera que cerca del 71% del recaudo sea por cuenta de este último, cuando hoy es el 50%.

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Hay que decirlo con claridad: serán perversos los efectos de la reforma tributaria que presentó el gobierno nacional, entre otras cosas, por su golpe contundente a la clase media y los pobres de Colombia.

Por Amaury Nuñez

Por cuenta de incrementar el recaudo de impuestos indirectos, regresivos e inequitativos, que gravan por igual al que más tiene y al que menos tiene, se espera que cerca del 71% del recaudo sea por cuenta de este último, cuando hoy es el 50%.

 

De igual modo a las pequeñas y medianas empresas, cuya tasa efectiva de tributación es superior a la de las más ricas, mientras se mantendrán los impolutos beneficios tributarios de monopolios y transnacionales, los cuales ascendieron a $58 billones entre 2004 y 2014, y que no se tocarán.

Esgrimen los defensores de la reforma que obligar a declarar renta a los ciudadanos desde un piso de ingresos menor, acercándose al salario promedio, es lo que hacen los países desarrollados, ignorando que en esos países tienen ingresos mensuales de US $3 mil y los de la OCDE US $900, mientras en Colombia son de cerca de US $300 en promedio, 10 y 3 veces menos que aquellos.

Diversos estudios sobre temas tributarios resaltan lo anterior. La UNAM en 2013 en materia de alimentos y medicinas, la firma Raddar en 2004, Corficolombiana en 2016, y la Anif, tienen conclusiones similares. Se espera que con aumentos del IVA la desigualdad también lo haga, aumente la inflación general y de alimentos, disminuya la capacidad de compra del país y desacelere el crecimiento económico. Algo similar demuestran experiencias recientes Alemania, España y Finlandia, donde los incrementos en la tasa de IVA tuvieron impactos directos en el aumento del costo de vida.

¿Qué pasa con las universidades? La principal crítica al gobierno en materia de educación superior es que la base presupuestal de las universidades públicas del país no ha crecido en 23 años. Situación que se mantiene porque evade la responsabilidad de destinar recursos, permitiéndose, no exentos de querellas de los rectores y comunidad universitaria, transferirlos a créditos del Icetex y Ser Pilo Paga. Los recursos que se desembolsaron a partir del impuesto de renta para la equidad (CREE), por $290 mil millones en el año 2015, a pesar de no ir directamente a la base presupuestal de las universidades públicas, permitieron que los rectores maniobraran en medio de la crisis e incertidumbre producto de la mala política educativa.

El proyecto de reforma tributaria crea un fondo a partir de la tarifa del impuesto de renta empresarial y elimina el CREE. Con base en el recaudo de los años 2015 y 2016 (datos preliminares de la Dian) se dispondrían de $198.450 millones para la educación superior, $92.000 mil millones menos que el CREE en el último año, asunto que se agrava si tenemos en cuenta que, de acuerdo con el mencionado proyecto, estos recursos irían a parar a créditos del Icetex y no a las universidades. En suma, Santos y Cárdenas sustituyen una fuente de recursos que terminaban en las universidades públicas del país, por otra que les esquilma presupuesto, endeudando familias colombianas para cubrir la educación de sus hijos. Es una farsa decir que la reforma tributaria generará recursos para la educación superior.

De este modo se reducirían los aportes, pasando del CREE a los recursos creados por la reforma tributaria en curso

Corresponde lo anterior con lo que el gobierno, a través del Director General del Presupuesto Público de la Nación, Fernando Jiménez Rodríguez, respondió a las preocupaciones expresadas por los rectores de las universidades públicas acerca del estado de las finanzas de estas: las universidades “no pueden abstraerse de las dificultades fiscales por las que atraviesa el país […] la Nación no financia los costos del funcionamiento de las Universidades Públicas, sino que sus aportes constituyen una de las fuentes”.

Insisten así en una política contractiva en lugar de un estímulo económico, ya que se impactará el consumo y descargarán los costos de la crisis en el 99% del país. Así, el desplome de la capacidad de creación de riqueza, a partir de la producción y generación de empleo, se mantendrá. También su alta concentración, producto de una estructura fiscal y tributaria regresiva. Lo que hacemos es nuestro símbolo, y para saber cuál es el de Santos no habría que elucubrar demasiado: impuestos regresivos, desfinanciación y mala política educativa.

Pilas: se cayó, de nuevo, el techo de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional en la sede Bogotá, producto de la falta de presupuesto para hacer mantenimiento a las instalaciones. ¿Esperará el gobierno una tragedia para intervenir? Todo lo que ocurra será su responsabilidad.

 

Amaury Núñez González

@AmauryNG

 

Tomado de la sillavacia.com

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