Conecta con nosotros

Columnistas

Terminó el gobierno de Cristina Kirchner

Por Nora Merlin  

Hasta el último día de gobierno de Cristina Kirchner, los incansables señores del odio fabricaron una nueva operación: intentaron que la Presidenta se fuera por la puerta chica o en helicóptero. El símbolo del traspaso presidencial, la ceremonia de la entrega de la banda y el bastón, se presentó como un síntoma que muestra y anuncia un  conflicto de base que hará muy difícil la gobernabilidad. La gestión que hoy comienza con el  presidente Mauricio Macri intenta desconocer al Congreso, la Constitución,  y a la  líder indiscutida de la mitad de los argentinos.

Publicado

en

Por Nora Merlin  

Hasta el último día de gobierno de Cristina Kirchner, los incansables señores del odio fabricaron una nueva operación: intentaron que la Presidenta se fuera por la puerta chica o en helicóptero. El símbolo del traspaso presidencial, la ceremonia de la entrega de la banda y el bastón, se presentó como un síntoma que muestra y anuncia un  conflicto de base que hará muy difícil la gobernabilidad. La gestión que hoy comienza con el  presidente Mauricio Macri intenta desconocer al Congreso, la Constitución,  y a la  líder indiscutida de la mitad de los argentinos.

La judicialización de la política fue el primer acto de Macri aún antes de ejercer el cargo, y hay fuertes presunciones para afirmar que será su estilo de gestionar. Desconocer la democracia representativa y al pueblo como soberano, los dos pilares fundamentales de la democracia, será un obstáculo que entrará en contradicción con  la cultura política acumulada durante los doce años de gobierno kirchnerista. Si el flamante Presidente no  se dispone a modificar esa orientación se presentarán  serias consecuencias para la gobernabilidad.

Por su parte la ahora expresidenta,  sin abandonar sus convicciones, una vez más, con la  inteligencia y la cintura política que la caracterizan logró desenmascarar la operación y transformarla en lucha política. Cristina, también incansable hasta el último día de su mandato, volvió a enseñar cómo se hace la Patria: sin arrodillarse ante los poderes, con humor y dignidad. La Presidenta se despidió en la mítica Plaza de Mayo con la gente en la calle, los cantos, las voces, la energía y la mística popular. Rodeada de aquello que no se negocia, no se compra ni se vende, no se olvida, no se puede reprimir del todo porque fracasa y retorna. Se fue con el amor de las Madres, las Abuelas, los Hijos, los trabajadores, los científicos, los empresarios, los docentes, la juventud, los jubilados, el pueblo. Abrazada por todos ellos, una parte de la historia se va con Cristina Kirchner, la primera presidenta mujer elegida dos veces consecutivas y la primera presidenta constitucional desde 1983 que se retira por la puerta grande: con una altísima imagen positiva,  el amor  y la esperanza del pueblo de un próximo retorno.

Buenos Aires.

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *