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Última defensa de ISAGEN contra las mentiras del gobierno

Por Diego Otero Prada Diego  

El miércoles 13 de enero parece que se va a cumplir una de las privatizaciones más nefastas de la historia colombiana de los últimos veinte años: la venta de la empresa modelo ISAGEN ante solamente dos competidores: una firma canadiense y una empresa chilena, a menos que ocurra algo inesperado.

Sigue el gobierno con el argumento de que se va a cambiar un activo por otro lo cual es totalmente falso. El Estado y los ciudadanos perderán un activo valioso y no será reemplazado por ninguno. Los recursos de la venta no van al presupuesto nacional sino que serán transferidos a la Financiera de Desarrollo Nacional para ser prestados al sector privado con créditos muy blandos: plazos de veinte años, ocho años muertos y tasas de interés bajas.

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Por Diego Otero Prada Diego  

El miércoles 13 de enero parece que se va a cumplir una de las privatizaciones más nefastas de la historia colombiana de los últimos veinte años: la venta de la empresa modelo ISAGEN ante solamente dos competidores: una firma canadiense y una empresa chilena, a menos que ocurra algo inesperado.

Sigue el gobierno con el argumento de que se va a cambiar un activo por otro lo cual es totalmente falso. El Estado y los ciudadanos perderán un activo valioso y no será reemplazado por ninguno. Los recursos de la venta no van al presupuesto nacional sino que serán transferidos a la Financiera de Desarrollo Nacional para ser prestados al sector privado con créditos muy blandos: plazos de veinte años, ocho años muertos y tasas de interés bajas.

Las carretas de alto nivel de cuarta generación que se construyan no dan rendimientos financieros ni son un activo del gobierno. Construir carreteras es necesario, pero los privados deben conseguir su propia financiación. Si son tan rentables como dice el gobierno para los privados, entonces por qué el gobierno debe facilitarles los recursos con créditos tan blandos.

El país requiere de un sistema de carreteras moderno pero también necesita urgentemente un desarrollo agropecuario e industrial. Más óptimo sería utilizar estos recursos para estos sectores tan abandonados. Es decir, el problema no es si se vende Isagen o se hacen carreteras. Este es un falso dilema. Las carreteras se pueden hacer sin necesidad de vender la generadora. Los recursos son múltiples de obtener, lo que no quiere aceptar el gobierno. El dilema es más bien Isagen o inseguridad energética.

El señor Mauricio Vargas hace unas afirmaciones en el periódico El Tiempo del domingo 10 de enero irresponsables, falsificando los resultados financieros de Isagen, hablando de solamente 80 millones de utilidades anuales, cuando en 2014 recibió por utilidades distribuidas más de 201 000 millones de pesos que deben aumentar en los próximos años por la entrada de Hidro Sogamoso en 2015 y otros proyectos hidroeléctricos y térmicos que tiene planeados la empresa para los futuros diez años que darían más de 400 000 millones de utilidades distribuidas sin considerar los ingresos por impuesto a la renta, proyectos que en manos de extranjeros no se construirán.

Es un pésimo negocio vender a Isagen: pierde el gobierno ingresos y la posibilidad de desarrollar hidroeléctricas grandes en todo el país que no lo hará el sector privado.

Hay muchas alternativas para que los privados financien las carreteras distintas a los regalos del gobierno. Por supuesto que a los constructores les convienen estos préstamos regalados, hecho que va contra el interés nacional y de los ciudadanos.

Qué bueno sería prestarles a los campesinos e industriales para que lleven a cabo sus inversiones con préstamos a 20 años, ocho años muertos y tasas de interés subsidiadas. O hacer un plan de carreteras rurales, que tienen un mayor impacto en empleo, disminución de la pobreza e incremento de la productividad agropecuaria que las carreteras tipo autopista.

Pero, ciudadanos, y esto va dirigido a os bogotanos, hay que estar ya vigilantes y organizarse para impedir que el nuevo alcalde de Bogotá, el enemigo del metro, privatice la ETB, el acueducto y la empresa transportadora de gas del interior-TGI. Hay que recordar que él fue el artífice de las famosas descapitalizaciones de Codensa y Emgesa con las cuales se regalaron millones de dólares a Endesa y sus socios.

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