Columnistas
Bajémonos de la nube
Por Alonso Orozco Gómez
En el discurso del reelecto presidente Santos, con motivo de la instalación del nuevo Congreso, apoyado en el anhelo colectivo por la paz y la euforia nacionalista por los éxitos de la selección Colombia de futbol en Brasil, se atrevió hacernos creer que somos la segunda economía del mundo después de China.
Por Alonso Orozco Gómez
En el discurso del reelecto presidente Santos, con motivo de la instalación del nuevo Congreso, apoyado en el anhelo colectivo por la paz y la euforia nacionalista por los éxitos de la selección Colombia de futbol en Brasil, se atrevió hacernos creer que somos la segunda economía del mundo después de China.
El subdesarrollo consuetudinario y crónico que nos ahoga lo volvió prosperidad en un juego de ilusión demagógica, en un país macondiano donde los gobernantes creen que el pueblo,-a quien manipula con los fletados medios de comunicación-, cree todas sus ocurrencias y disparates.
El sentimiento de patria y de amor por Colombia que nos unió a todos en el futbol no puede servir para hacer florecer las marchitas ilusiones de quienes mal nos gobiernan. Es hora que demandemos soluciones democráticas, como lo son los justos reclamos de los campesinos y empresarios por los efectos perversos de los llamados tratados de libre comercio, que los tienen ante la inminencia de la quiebra, causa desempleo y negación de calidad de vida.
El Caquetá sigue a la espera de efectivas soluciones, ofrecidas y no cumplidas, en el primer cuatrienio santista. Y más en estos momentos, cuando todas las vías del departamento están colapsadas y las calles de Florencia hechas cráteres. Estamos ante la presencia de los derrumbes del piedemonte por la erosión de la cordillera. Hace una semana estamos incomunicados por inmenso derrumbe en la vía Florencia- Suaza y no se ve una intervención del gobierno nacional, además de inmediata, permanente, que responda a la envergadura del problema de emergencia vial que afrontamos.
Para mayores penurias se han juntado el intenso invierno con la debacle gubernamental: un gobernador separado de su cargo por desfalco a los dineros de la salud; una gobernadora en encargo que gracias a esta designación presidencial vino a conocer al Caquetá, y una alcaldesa que anunció cambio de gabinete municipal y en respuesta las redes sociales, ante tanto desgobierno, decidieron en nombre de la ciudadanía, casi implorándole, pedirle que el cambio debería comenzar por su declinación del cargo.
Hagamos causa común para que el Caquetá sea siquiera noticia nacional ante tanta penuria por aislamiento. Bajémonos de la nube que los sueños de la prosperidad solo sueños son. El pueblo debe demostrar que es superior a sus dirigentes, comenzando por demandar del gobierno nacional la debida atención al Caquetá.