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Colombia, cipayo de la OTAN

Por Eduardo Muñoz Serpa  

Mientras los medios de comunicación difunden superficialmente, sin rigor investigativo, aspectos secundarios sobre el acuerdo que ponga fin a nuestro conflicto armado interno, Juan Manuel Santos contrae compromisos internacionales que lesionarán gravemente nuestra historia.

Sin ruido, el gobierno Santos celebró el pasado 5 de agosto un tratado internacional para la participación de Colombia en las operaciones de gestión de crisis de la Unión Europea.

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Por Eduardo Muñoz Serpa  

Mientras los medios de comunicación difunden superficialmente, sin rigor investigativo, aspectos secundarios sobre el acuerdo que ponga fin a nuestro conflicto armado interno, Juan Manuel Santos contrae compromisos internacionales que lesionarán gravemente nuestra historia.

Sin ruido, el gobierno Santos celebró el pasado 5 de agosto un tratado internacional para la participación de Colombia en las operaciones de gestión de crisis de la Unión Europea.

Es un pacto militar, de guerra, mediante el cual tropas colombianas, bajo mando de comandantes europeos y estadounidenses, actuarán en aquellos escenarios que son de importancia para la OTAN y el Pentágono para defender los intereses políticos y económicos de Europa y E.U.

Da grima; solo los pocos que sintonizamos en Colombia el canal de la Deutsche Welle (DW) en televisión, servicio periodístico del gobierno alemán (que no es de izquierda, ni hace oposición al gobierno Santos), nos enteramos que el presidente Santos hace poco pactó el “nuevo rol militar de Colombia”.

Según la DW, Colombia fue “invitado” por el Comité de Seguridad de la Unión Europea a participar en una operación militar en Ucrania y a “enviar una fragata a la misión Atalanta en el Cuerno de África para ayudar a fuerzas militar europeas”.

En Colombia solo el senador Jorge Enrique Robledo ha levantado la voz, señalando que eso es vender la patria, pero la ciudadanía, narcotizada, presta oídos sordos.

Todo estaba ya bosquejado en la carta que el vicepresidente de E.U., Joe Biden, envió al presidente Santos, esa en la que entre otras cosas que sonrojan, por ser de imperio a colonia, pide “mayor involucramiento de nuestro país en operaciones de paz… …necesitamos a Colombia involucrada en más lugares…”.

Amargo, Colombia es hoy cabeza de playa de la OTAN en América del Sur para defender intereses de las potencias europeas y de E.U., quienes representan aquello contra lo que lucharon nuestros Libertadores.

Vanguardia.com, Bucaramanga.

 

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