Colombia no es la “más educada”

Por Amaury Núñez   

El gobierno nacional viene difundiendo con pertinaz insistencia el bluff publicitario “Colombia, la más educada”. Pero ¿qué ha sido de las finanzas de la educación del país? 

De acuerdo con el programa de Indicadores de los Sistemas Educativos (OECD, 2015) Colombia ocupa el deshonroso penúltimo lugar en inversión de recursos, solo superado por Indonesia. Mientras Luxemburgo, Suiza y Noruega invierten al año U$22.545, U$17.485 y U$15.497 por estudiante en todos los niveles educativos, Colombia invierte U$3.291, muy por debajo del promedio de U$10.220 invertidos por los países de la muestra en la educación de su gente. 

En el Presupuesto General de la Nación para el año 2016 ($216 billones), el presupuesto de educación del país se mantiene cercano al 18%, como lo ha sido desde 2013. Sin embargo, el gobierno reduce los recursos de inversión en ella, pasando de $1,99 billones a $1,76 billones, una reducción del 11,6%, mientras que en el conjunto de los rubros del presupuesto la inversión sí crece en un 9,3%. Las inversiones y aportes financieros a la educación superior acentúan su marchitamiento. Mientras el monto de los años 2013, 2014 y 2015 fue de $111 mil millones, $116 mil millones y $68 mil millones respectivamente, el próximo año se mantendrá una suma cercana a la actual, por $70 mil millones.

De igual modo se perpetúa el congelamiento del presupuesto de las universidades públicas del país manteniendo los aparentemente inmutables $2,5 billones para atender los gastos de funcionamiento e inversión, dejando la construcción de infraestructura física y tecnológica a merced de los inciertos recursos del CREE (impuesto para la equidad) y la desinflada Estampilla Pro Universidades que ya he denunciado por demagógica y politiquera (http://goo.gl/618bro).

En una columna pasada dije que el déficit de las universidades públicas asciende a cerca de $16 billones y la brecha entre ingresos y gastos se amplía aún más con el tiempo (http://goo.gl/hqpqq9). En la Universidad Nacional, por ejemplo, un pronunciamiento del claustro de profesores de la Facultad de Ciencias Económicas (2015) pone el dedo en la llaga al afirmar que “la situación se tornará insostenible y la probabilidad de una situación de default en los próximos veinte años, o menos, no puede descartarse” e insisten en que el gobierno se concentre en redefinir el desbalance presupuestal y financiero de la institución. Entre los años 2000 y 2013 los ingresos crecieron un 52% y los gastos 76%. Por cada 100 pesos que ingresaban en el año 2000 se necesitaron 2 pesos más para ejecución, al año 2013 el faltante era de 19 pesos por cada 100, y para 2043 se proyecta un faltante de 87 por cada 100 pesos que ingresen.

El gobierno Santos y el Ministerio de Educación, en cabeza de Gina Parody, tienen en su haber ignorar los reclamos de la comunidad educativa del país y no invertir los urgentes recursos necesarios para el sistema. No sobra decir que financiación es en buena medida igual a calidad y nada permite afirmar que ese sea el eje de su política con el sector. Alguna vez escuché que invertir en educación no da votos, pero hacer creer que se está haciendo mucho por ella sí los da. Que no ocurra que a punta de propaganda nos pongan en la penosa situación en la cual entre más grande es la mentira, más se la tragan.
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OECD (2015), Education at a Glance Interim Report: Update of Employment and Educational Attainment Indicators, OECD, Paris, www.oecd.org/edu/EAG-Interim-report.pdf

@AmauryNG
La Silla Vacía, Bogotá.