Columnistas
Cumbre en Panamá
Por Luis Britto García
Dijo Bolívar que en Panamá bien podría situarse la capital del mundo. El Libertador planeó la apertura del canal interoceánico, creó el enorme bloque geopolítico de la Gran Colombia para administrarlo y defenderlo, y convocó un Congreso Anfictiónico en el Istmo para integrar a los países liberados. A la postre, Estados Unidos favoreció la secesión de Panamá, excavó el Canal en beneficio propio y creó la Organización de Estados Americanos para mantener a latinoamericanos y caribeños desunidos y sumisos.
Por Luis Britto García
Dijo Bolívar que en Panamá bien podría situarse la capital del mundo. El Libertador planeó la apertura del canal interoceánico, creó el enorme bloque geopolítico de la Gran Colombia para administrarlo y defenderlo, y convocó un Congreso Anfictiónico en el Istmo para integrar a los países liberados. A la postre, Estados Unidos favoreció la secesión de Panamá, excavó el Canal en beneficio propio y creó la Organización de Estados Americanos para mantener a latinoamericanos y caribeños desunidos y sumisos.
Noticia inquietante para América y el Caribe el anuncio de una reunión de la OEA, sea cual fuere su índole. La X Conferencia Interamericana, reunida en Caracas en 1954, dio permiso a Estados Unidos para intervenir en cualquier país que éste considerara comunista, lo que se tradujo en la Invasión a Guatemala que derrocó al gobierno democrático de Jacobo Arbenz, y en la invasión a República Dominicana que depuso al demócrata Juan Bosch. De la VIII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores para servir de Órgano de Consulta en aplicación del TIAR, realizada en Punta del Este, Uruguay, entre el 22 y el 31 de enero de 1962 salió la expulsión de Cuba del Sistema Interamericano, y el refuerzo del bloqueo. Sólo la determinación de latinoamericanos y caribeños puede impedir resultados funestos. Por ejemplo, Hugo Chávez Frías propuso así en la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, realizada en Margarita en 2001, los principios rectores de una integración de América Latina y el Caribe fundamentada en la justicia y la solidaridad entre los pueblos, con el auspicioso nombre de ALBA o Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América. Según expresó el mandatario venezolano, “Es hora de repensar y reinventar los debilitados y agonizantes procesos de integración subregional y regional, cuya crisis es la más clara manifestación de la carencia de un proyecto político compartido. Afortunadamente, en América Latina y el Caribe sopla viento a favor para lanzar el ALBA como un nuevo esquema integrador que no se limita al mero hecho comercial sino que sobre nuestras bases históricas y culturales comunes, apunta su mirada hacia la integración política, social, cultural, científica, tecnológica y física” (Colussi 15-3-2005). En la IV Cumbre de las Américas, reunida en Mar del Plata en noviembre de 2005, se derrotó el ALCA, el plan de convertir a toda Nuestra América en un Área de Libre Comercio subordinada a Canadá y Estados Unidos.
Desde octubre de 2014 Estados Unidos ha dejado de ser la primera potencia económica del mundo. La sustituye China, que se convirtió en el segundo socio comercial de América Latina, y construye un nuevo canal interoceánico por Nicaragua. La nación norteña sólo puede concurrir a una Cumbre de las Américas en son de revancha o de recuperación de hegemonía. A fuerza de intervenciones, ha dejado en Europa, Medio Oriente y parte del África un rosario de naciones destruidas. A partir del Decreto que declara “amenaza para Estados Unidos” a Venezuela, ésta es el nuevo objetivo a aniquilar. Desde el 8 de abril se reúne Obama con los presidentes del Caricom, seguramente para torcerles el brazo a fin de que cumplan con la intimación de John Kerry de renunciar a los hidrocarburos a precios solidarios que les proporciona Petrocaribe. Las embajadas estadounidenses se esfuerzan por forjar un cerco contra Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia, Nicaragua: contra todos los países que esbozan políticas independientes.
Junto con sus misiones diplomáticas y sus oficinas de Seguridad, apresta Estados Unidos sus Agentes de Influencia: pandillas subsidiadas para promover los intereses de dicho país fingiéndose Organizaciones no Gubernamentales. Por la plata baila el perro, y por los dólares generosamente vertidos por la USAID, la NED, Freedom House e infinidad de otras pantallas hacen cabriolas miríadas de entes con bolsillos y planes fieles a Washington. Jean-Guy Allard compila amablemente el prontuario de algunos integrantes de esta tarifada comparsa. Carlos Ponce Silem, director de la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia, financiada por la NED. Ernesto Tinoco Egui, protagonista de los disturbios terroristas de 2014 en Venezuela y del asalto violento contra nuestra sede diplomática en Buenos Aires. Carlos Correa, director de Espacio Público, organización que según papeles desclasificados de la FOIA fue uno de los principales distribuidores de cuatro millones de dólares gastados entre 2008 y 2010 por organizaciones estadounidenses en el soborno de ONGs y periodistas venezolanos. Para muestra basta un dólar (“La CIA ya tiene lista su delegación ‘venezolana’ a la Cumbre de Panamá”, www.resumenlatinoamericano.org.3/4/2015).
Con razón advierte Stella Calloni que “Las reuniones que se adelantarán desde el próximo 6 de abril en Panamá corresponden, entre otras a las mal llamadas ‘sociedades Civiles’ además de varias Sub-cumbres de miembros de la Justicia, sindicalistas, parlamentarios y otros, bajo control y financiamiento de diversas ONGS, de las miles que existen en América Latina y que forman parte de la RED de Fundaciones como la NED, la USAID y otros, además de Human Rights Watch, máscara de la CIA en derechos humanos y tantas otras incluyendo a europeas que trabajan con la misma finalidad”.
Señala Olmedo Beluche que el llamado Foro de la Sociedad Civil, organizado por la Cancillería panameña, en realidad expresa la política exterior de Estados Unidos; que una “Comisión misteriosa se reserva el derecho de admisión, sin que estén claros los criterios”; que el embajador estadounidense en Panamá advirtió que inundarán el evento con una delegación de más de mil participantes y que en ella es posible que abunden opositores venezolanos y cubanos (Olmedo Beluche: “Dos cumbres, dos visiones”; La Prensa, 1-4-2015). El Imperio trata de convertir la Cumbre en farsa abismal para incriminar a los países insumisos con los temas de los Derechos Humanos y la Libertad de Expresión, que utiliza contra todos y sobre los cuales no acepta exámenes de nadie.
Afortunadamente, junto con este Aquelarre de Títeres se reúne otra Cumbre de los Pueblos, de movimientos sociales, sindicales y culturales, que puede contrarrestar y vencer a los portavoces del Imperio. Ya que éste convoca una Cumbre, se pueden plantear en ella los temas culminantes de la actualidad de Nuestra América: Cese del Bloqueo contra Cuba; Derogatoria del Decreto contra Venezuela; Independencia de Puerto Rico; Retiro de las bases militares de Estados Unidos y de la OTAN; Respeto de esas potencias por la Declaratoria de América Latina y el Caribe como Zona de Paz; Anulación de la Deuda Impagable; Denuncia de los Tratados de Libre Comercio y de los Infames Tratados contra la Doble Tributación; Examen de las violaciones contra el Medio Ambiente y los Derechos Humanos en Estados Unidos y Canadá, Reestructuración o disolución de la OEA y sustitución por las organizaciones que verdaderamente representan a Nuestra América. No sería la primera vez que Estados Unidos va por ALCA y sale trasquilado.