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Después de Isagén van por Propilco

Por Mario Alejandro Valencia  

La empresa estratégica para Ecopetrol puede convertirse en otra de las nacionales cuya importancia se aprecie solamente cuando ya esté en manos extranjeras.

La voracidad de quienes, estando en el poder en Colombia, se creen los dueños de todo, no tiene límites. No suficiente con la absurda venta de Isagén, violando la ley desde el primer día que se anunció la privatización hasta su realización, el Gobierno de Santos anunció hace pocos días la privatización de Propilco, hoy llamada Essenttia.

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Por Mario Alejandro Valencia  

La empresa estratégica para Ecopetrol puede convertirse en otra de las nacionales cuya importancia se aprecie solamente cuando ya esté en manos extranjeras.

La voracidad de quienes, estando en el poder en Colombia, se creen los dueños de todo, no tiene límites. No suficiente con la absurda venta de Isagén, violando la ley desde el primer día que se anunció la privatización hasta su realización, el Gobierno de Santos anunció hace pocos días la privatización de Propilco, hoy llamada Essenttia.

Propilco puede convertirse en otra de las empresas nacionales cuya importancia se aprecie solamente cuando ya esté en manos extranjeras. Nació en 1989 para producir y comercializar polipropileno, polietileno y masterbatch, derivados del petróleo que se convierten en plástico y son usados para fabricar partes de automóviles, carcasas de electrodomésticos, empaques y mil cosas más, es decir, es el resultado más industrializado del crudo y podría ser el futuro de Ecopetrol. Una buena cantidad los productos de uso cotidiano están elaboradas de estos materiales.

En 2012  se anunció  que un sobrecosto de US$300 millones en Reficar tenía que ver con la adición de una planta de polipropileno para aumentar la capacidad de Propilco.

La de Propilco es una historia de éxitos a pesar de las condiciones adversas de la política industrial del país. Desde su fundación aumentó 4 veces su capacidad de producción. En 2008 Ecopetrol la compró al Grupo Santo Domingo por US$690 millones, para obtener un mayor valor agregado a través de la transformación del petróleo, creando una sinergia positiva para la empresa, gracias a que la nueva refinería de Cartagena suministrará la materia prima que necesita Propilco. De hecho, en 2012 el entonces ministro de hacienda Juan Carlos Echeverry, hoy presidente de Ecopetrol, anunció que un sobrecosto de US$300 millones en Reficar tenía que ver justamente con la adición de una planta de propileno para aumentar la capacidad de Propilco.

De no ser porque se sabe quiénes están detrás del plan, sería más que sospechoso que de la noche a la mañana, una empresa estratégica para Ecopetrol y para el futuro de la industrialización de Colombia, que es la tercera más grande en América Latina, que exporta a 30 países y tiene ventas superiores a $1,35 billones al año, vaya a ser privatizada justo cuando se han hecho multimillonarias inversiones para aumentar su capacidad productiva y garantizarle la materia prima.

Al combo de los responsables de la debacle reciente, Santos, Cárdenas y Vargas Lleras, se suma Juan Carlos Echeverry, autor y ejecutor del plan de desmembramiento de la principal empresa del país, en la que 48 millones de colombianos son socios.

Adenda: un análisis detallado de la importancia de la producción de mercancías para la riqueza de las naciones y los caminos que siguieron algunos países para conseguirlo, está en mi libro: La Industria, de Ediciones Aurora.

@mariovalencia01

Las 2 Orillas, Bogotá.

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