Conecta con nosotros

Columnistas

El círculo vicioso de la economía circular

Por Fander Falconí  

Hablar de economía circular suena atractivo. El adjetivo circular, entre otros significados, se refiere a un proceso que parece no tener fin, pues acaba donde vuelve a empezar. Como verbo denota un movimiento completo y continuo, como en el caso de la circulación de la sangre. Hasta en términos filosóficos y esotéricos, el círculo es atractivo: desde Pitágoras hasta la Nueva Era, es un símbolo del eterno retorno.

Hoy la economía circular se presenta como la panacea a todos los males del mundo moderno: desde la pobreza hasta el cambio climático.

Publicado

en

Por Fander Falconí  

Hablar de economía circular suena atractivo. El adjetivo circular, entre otros significados, se refiere a un proceso que parece no tener fin, pues acaba donde vuelve a empezar. Como verbo denota un movimiento completo y continuo, como en el caso de la circulación de la sangre. Hasta en términos filosóficos y esotéricos, el círculo es atractivo: desde Pitágoras hasta la Nueva Era, es un símbolo del eterno retorno.

Hoy la economía circular se presenta como la panacea a todos los males del mundo moderno: desde la pobreza hasta el cambio climático.

Hace menos de un año, la Unión Europea se embarcó en esa nave redonda, al emitir una circular (valga la redundancia) llamada ‘Hacia una economía circular: un programa de cero residuos para Europa’, dirigida a varios de sus organismos ejecutivos. Pero el término no es tan novedoso, China ya lo usó en 2008 y no en una recomendación, sino nada menos que en la Ley de Economía Circular. Se trata de reciclar los recursos en forma tan eficiente que podamos mantener en forma indefinida el actual modelo de crecimiento económico. 

Sin embargo, el economista ecológico español Jesús Ramos (en La economía circular, 2015) advierte que hay dos errores esenciales en ese planteamiento, pues ignora dos realidades. Una es física: todo proceso de reciclaje deja residuos no reciclables y requiere un gasto energético con pérdidas. Otra es económica: las mejoras en la eficiencia de uso de un recurso pueden derivar en un uso mayor. El clásico ejemplo es el del automóvil: la mejora de su eficiencia no ha reducido el consumo de energía, sino en darle más uso, sin olvidar que ha aumentado el número de carros.

Así que la economía circular, al menos entendida a la manera europea ‘cero residuos’, no es viable por elementales conceptos científicos. Pero, además, la economía circular parte de un chauvinismo económico, que pretende la limpieza de su territorio sin considerar la contaminación del resto del mundo, una concepción ingenua que no considera que hoy ya no es posible jugar con el planeta. Veamos el caso de Latinoamérica.

Los países ricos se llevan las materias primas y los alimentos no elaborados de América Latina, a precios muy bajos. Para obtener más dinero por sus exportaciones, los países latinoamericanos se ven obligados a extraer cada vez más recursos de su suelo, para vender a los países ricos. Estados Unidos, la Unión Europea y China pretenden aparecer como los buenos en el drama ecológico, mientras los malos (léase países pobres) supuestamente siguen destruyendo el planeta; la misma manera de gobernar que usaba el imperio romano hace 2.000 años o el imperio español hace 500 años: hacer creer a los gobernados que quedan debiendo al gobernante. La economía circular resulta más bien un círculo vicioso de contaminación.

Lo peor de todo es que, ante las continuas crisis por este motivo, las autoridades económicas de algunos países exportadores de materias primas esperan con ansias que mejore el mercado, con una ingenuidad análoga al cuento de la eterna novia.

La economía circular, entendida como máximo reciclaje de residuos, ha existido en muchas sociedades. Las que no lo han practicado han terminado por desaparecer. Pero la situación actual, que implica a todo el planeta, requiere también una solución planetaria.

@fanderfalconi

El Telégrafo, Ecuador.

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *