El “Recuperemos Bogotá” de Peñalosa y Vargas Lleras

Por Felipe Pineda Ruiz   

Abrumado, sollozante, superado indiscutiblemente por la situación y ante una multitud desbordada, el recién electo alcalde de Bogotá minutos atrás Enrique Peñalosa pedía silencio a un salón de convenciones abarrotado de simpatizantes y miembros de su equipo de campaña para, a renglón seguido, soltar un inesperado comentario: “es el momento de darle prioridad a los más vulnerables, es tiempo de la igualdad de oportunidades”. 

Lo curioso de semejante estribillo, lanzado en el lugar equivocado al mejor estilo “Davivienda”, corre por cuenta del proyecto que este avezado político representa: el de la horda de iracundos que minutos atrás gritaban en ese mismo recinto, recordando la época dorada de los 8 años de Uribe “no más izquierda, no más izquierda”; el de los miles de metros cúbicos de concreto antepuestos al bienestar de las mayorías; el de la ciudadanía reservada únicamente para quienes tengan los medios económicos para ser consumidores y usuarios; el de la privatización de las empresas públicas puestas en manos de socios, amigos y financiadores.

Pero las palabras de Peñalosa, vistas en perspectiva, no son producto del azar: hacen parte de la estrategia lanzada por el movimiento de“restauración conservadora” que ha cambiado de estrategia en todo Latinoamérica para arrebatarle paulatinamente los espacios de poder a los movimientos alternativos y progresistas a lo largo y ancho del continente.

El nuevo plan de esta “nueva derecha” representada por José María Aznar (España), Henrique Capriles (Venezuela), Mauricio Macri (Argentina), y Aécio Neves (Brasil) entre otros, es la utilización de tácticas de mercadeo blandas que buscan ocultar la esencia real de estos inescrupulosos políticos, nada nuevos en si, y sus verdaderos intereses e intenciones: los negocios, las prebendas, las dádivas, los chantajes, la renuncia a la soberanía social y económica de las naciones puesta al servicio del capital transnacional y los intereses de las grandes potencias económicas del planeta.

Mientras la izquierda en el país y en Hispanoamérica se sigue pavoneando con discursos grandilocuentes, demagogia y caudillismo excesivo, la derecha continental traza rutas de acción, se mimetiza y sorprende a propios y extraños.

La victoria del “recuperemos Bogotá” de Peñalosa y Vargas Lleras, y su matriz de ciudad-región para la capital, es sin duda una herida de muerte a un bloque alternativo que necesitaba quedar huérfano de poder para entender la fragilidad de su incipiente proyecto político.

@pineda0ruiz