Conecta con nosotros

Columnistas

La fábula de cómo darle gato (pardo) por liebre a la capital, o del gatopardismo criollo

Por Edgar Robles  

El viejo dicho “si no puedes convencerlos, confúndelos” cobra toda su vigencia y sintetiza lo que ha ocurrido en las últimas semanas con las encuestas de opinión, que de recoger y plasmar la opinión de la gente han pasado a intentar manipularla. El establecimiento sabedor que “quien golpea primero, golpea dos veces”, ideó la matriz de trampa mediática para desprestigiar el gobierno dePetro y los de la izquierda de los últimos 12 años, culpándoles de ‘lo divino y lo humano’, -que son incapaces, que la ciudad está hecha un desastre, que son corruptos, que son pro-guerrilleros, etc… y además, trazó un derrotero para invisibilizar y desmoralizar la candidatura popular.

Publicado

en

Por Edgar Robles  

El viejo dicho “si no puedes convencerlos, confúndelos” cobra toda su vigencia y sintetiza lo que ha ocurrido en las últimas semanas con las encuestas de opinión, que de recoger y plasmar la opinión de la gente han pasado a intentar manipularla. El establecimiento sabedor que “quien golpea primero, golpea dos veces”, ideó la matriz de trampa mediática para desprestigiar el gobierno dePetro y los de la izquierda de los últimos 12 años, culpándoles de ‘lo divino y lo humano’, -que son incapaces, que la ciudad está hecha un desastre, que son corruptos, que son pro-guerrilleros, etc… y además, trazó un derrotero para invisibilizar y desmoralizar la candidatura popular.

Mostraron las encuestas durante unos meses a la doctora López punteando con prístina claridad las preferencias capitalinas y luego de crear una especie de falso positivo mediático, originado por supuestos nexos con el Carrusel y el proceso 8.000, la enviaron a un tercer lugar del cual no la sacarán, cual desprendimiento de un casquete polar (!), e inmediatamente iniciaron a aplicar la ‘lógica del trencito’ -todos quieren ir en el primer vagón y nadie en el último-.

Ahora, apuntan a darle el garrotazo al nuevo puntero Peñalosa, pero creando en la ciudadanía la percepción que la contienda está resuelta entre dos opciones de ‘centro’ y por lo tanto, si no es Peñalosa, deberá ser Pardo. Así entendemos la columna de Gabriel Silva Luján. Sindica a Peñalosa de quedar empeñado con las candidaturas presidenciales de Martha Lucía Ramírez y Vargas Lleras, y de paso, a Clara con la Petro. Olvida malintencionalmente el articulista que Robledo es hasta ahora el único aspirante presidencial públicamente declarado del Polo (que es el partido de Clara), y lo que es más reprochable, oculta que Pardo de ganar, será el caballo de troya del candidato presidencial Humberto De La Calle en Bogotá.

Es el interés de llevar a un candidato sin carisma como Pardo al triunfo electoral del 25 de octubre, un personaje más oscuro que claro, que no toma ni chicha ni limoná, que no despierta mucho entusiasmo y que no dice mucho para evitar caer en la tentación de decir lo que no debe, ya que terminaría asustando a la gran mayoría, por ejemplo, que privatizará las empresas de servicios públicos y nos inundará de transnacionales como lo hizo su mecenas el expresidente Cesar Gaviria. Es la fábula de cómo darle gato (pardo) por liebre a la capital. Esta frase de la sabiduría popular, se utiliza cuando nuestras expectativas se ven frustradas al conseguir algo peor de lo que esperábamos o que creíamos merecer. El origen de esta frase está en la proverbial mala fama que tenían las antiguas posadas, mesones y tabernas, de las que con frecuencia se decía que servían a sus clientes carne de gato, en lugar de conejo, cabrito o cordero como se anunciaba y por la que se pagaba.

Si continuamos por la actual vía de creerle a las encuestas, la derecha colombiana, se apuntará un rotundo éxito, al reemplazar el debate público-político y con contenido ideológico por el mediático y ‘light’, y en lograr su intención de cambiar el gobierno de la ciudad para no cambiar el modelo y el régimen que gobiernan al país. Es una suerte de lo que en ciencia política se conoce como gatopardismo, expresión originada en la novela de Di Lampedusa, “si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”.

Corresponde a la campaña de la convergencia social y democrática, deshacer ese nudo gordiano en que la han querido enredar y salir con la valentía y la claridad que toda su vida han identificado el talante de avanzada de la candidata, heredera del viejo López Pumarejo y discípula de Luis Carlos Galán, para salir con enjundia de mujer a develar ante la ciudadanía la pretendida maniobra y sus argucias, y caracterizar a sus tres contradictores de la ‘P’: Pardo, Peñalosa y Pacho, como tres rostros (entiéndase matices) distintos del mismo régimen Plutocrático criollo, cual hidra de lerna, – recuérdese aquel monstruo policéfalo que podía regenerar dos cabezas al serle amputada una-; régimen que ha condenado a la mayoría de colombianas y colombianos a vivir 200 años no solo en la más profunda soledad sino fundamentalmente en la marginación y la miseria. Estos tres candidatos son patrocinados por Pro-Bogotá, una organización conformada por los principales grupos económicos y diversas transnacionales, como bien lo ha denunciado el periódico Desde abajo.

Clara debe tomar distancia, diferenciarse y demostrar porque representa la alternativa propicia para avanzar con esperanza en una Bogotá de oportunidades, libre, de derechos y con ‘Buen Vivir’. Y nos corresponde a las y los demócratas de todas las estirpes y colores, unirnos y movilizarnos, y salir a defender los avances sociales y la paz que queremos para las presentes y próximas generaciones, como bien lo ha señalado oportunamente Hollman Morris. Vamos a demostrar, como expresaba el maestro Carlos Gaviria, que la madurez de la ciudadanía bogotana sabrá sobreponerse y votar crítica e independientemente. No podemos dar marcha atrás. El futuro nos pertenece con la fuerza de todos y todas, principalmente de las mujeres capitalinas.

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *