Columnistas
La venta de ISAGEN
Por Eduardo Muñoz Serpa
La venta de Isagen, empresa que al sumar HidroSogamoso tiene siete estratégicas centrales eléctricas, es un hecho y frente a ello hay dos actitudes: los cultores del modelo neoliberal de Estado y economía están de plácemes y la ciudadanía, anestesiada, ha sido indiferente.
Ambas posiciones son erróneas. Los que reverencian el neoliberalismo porque lo que se está vendiendo no es un adorno sino un sector neurálgico para la vida nacional, algo que es fundamental para nuestra independencia, para la toma soberana de importantes decisiones, para lograr progreso y desarrollo económico autárquico.
Por Eduardo Muñoz Serpa
La venta de Isagen, empresa que al sumar HidroSogamoso tiene siete estratégicas centrales eléctricas, es un hecho y frente a ello hay dos actitudes: los cultores del modelo neoliberal de Estado y economía están de plácemes y la ciudadanía, anestesiada, ha sido indiferente.
Ambas posiciones son erróneas. Los que reverencian el neoliberalismo porque lo que se está vendiendo no es un adorno sino un sector neurálgico para la vida nacional, algo que es fundamental para nuestra independencia, para la toma soberana de importantes decisiones, para lograr progreso y desarrollo económico autárquico.
Pero ello, para los neoliberales,es solo bazofia decimonónica.
La ciudadanía es indiferente por ignorar la dimensión real de lo que está ocurriendo. Al conglomerado que es emocional, no reflexivo, le fascina que lo adormezcan y solo reacciona cuando le pegan en la cara.
Ello no demorará en ocurrir pues Isagen se venderá a una multinacional extranjera a la cual lo social no le interesa, solo piensa en obtener ganancias (subiendo tarifas), vender energía eléctrica a países extranjeros, llevarse anualmente para su país de origen cientos de miles de millones de pesos y no invertir en nuevas centrales, no proveer de electricidad a estratos que no sean rentables ni a lugares apartados del territorio nacional.
Los adoradores del neoliberalismo desean afanosamente cambiar algo tan fundamental como es el sector eléctrico por autopistas de doble calzada que tengan como eje a Antioquia; para ello se suscribirán malolientes contratos de concesión con consorcios en los que participa capital extranjero, sobre los que muy pronto sabremos cuando comiencen a destaparse los chanchullos que en su espina dorsal tienen adheridos.
La venta de Isagen es nefasta. El Estado colombiano quedará reducido a su mínima expresión, pero esa es la Colombia que anhelan los cultores del neoliberalismo económico, una patria que solo sea un apéndice al vaivén de las conveniencias del gran capital extranjero.
Vanguardia Liberal, Bucaramanga.