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¿Salario mínimo o suficiente?

Por Mario Alejandro Valencia  

Un ingreso que garantice una mejor calidad de vida para las mayorías, es el camino para cerrar la brecha de desigualdad

Si Colombia fuera un país dedicado a la creación de riqueza, a la ciencia y tecnología, a la enseñanza de la frontera del conocimiento, la discusión sobre el salario mínimo estaría enfocada en la necesidad de que sus habitantes ganaran más para dinamizar la economía. Pero como el Gobierno solo está interesado en cumplir con las imposiciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y el Fondo Monetario Internacional, que consideran que un salario de $644.350 mensuales es muy alto, entonces su lógica es que debe ser tan mínimo como sea posible.

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Por Mario Alejandro Valencia  

Un ingreso que garantice una mejor calidad de vida para las mayorías, es el camino para cerrar la brecha de desigualdad

Si Colombia fuera un país dedicado a la creación de riqueza, a la ciencia y tecnología, a la enseñanza de la frontera del conocimiento, la discusión sobre el salario mínimo estaría enfocada en la necesidad de que sus habitantes ganaran más para dinamizar la economía. Pero como el Gobierno solo está interesado en cumplir con las imposiciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y el Fondo Monetario Internacional, que consideran que un salario de $644.350 mensuales es muy alto, entonces su lógica es que debe ser tan mínimo como sea posible.

El salario mínimo no alcanza a cubrir la canasta básica para ingresos bajos que vale $1.300.000 mensuales y la alta informalidad —cercana al 50 % de los trabajadores— agobia a quienes al final del mes no alcanzan a completar los ingresos necesarios para satisfacer sus necesidades. A pesar de esto, los autores intelectuales del atraso colombiano, como Fedesarrollo y la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, piden no subir mucho al salario porque, según ellos, esto afectaría la creación de empleo.

Mientras eso ocurre en Colombia, la OCDE recomendó a la Unión Europea en 2014 incrementar el salario para reactivar sus economías y advirtió que “mayores ajustes salariales a la baja en los países más afectados corren el riesgo de ser contraproducentes”, porque no promueven la competitividad ni la producción y el crecimiento del empleo.

La OCDE advirtió a la UE que “mayores ajustes salariales a la baja en los países más afectados corren el riesgo de ser contraproducentes”.

Ante la falta de competitividad, que ubica a Colombia escandalosamente lejos de sus socios comerciales en elementos como innovación, infraestructura, salud, educación y preparación tecnológica, los empresarios pujan porque sus costos salariales no aumenten, pegándose un tiro en el pie al impedir un crecimiento de la capacidad de compra de sus clientes en el mercado interno.

Una exigencia que deben hacer tanto empresarios como trabajadores, es que el Gobierno Nacional asuma con seriedad su función de garantizar que la producción agrícola e industrial tenga posibilidad de competir de manera equilibrada en los mercados globales. Para esto se requiere voluntad política que hoy no existe, en cambio predominan los discursos sin sustento y mermelada para esconder la realidad.

Las discusiones sobre el salario en 2015 deben llenarse de argumentos que prueben que un ingreso suficiente para los trabajadores, que garantice una mejor calidad de vida para las mayorías, es el camino que llevará a cerrar la brecha de desigualdad.

@mariovalencia01

Las 2 Orillas, Bogotá.

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