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Salvar a Isagén, tarea de todos

Por Mario Alejandro Valencia  

Es necesario persistir en la defensa de la empresa hasta salvarla definitivamente de la voracidad del presidente Santos y el ministro Cárdenas
   
A pesar del fallo adverso del Consejo de Estado, que da vía libre a la privatización de Isagén, es importante recordar que la decisión de la venta recae exclusivamente en la voluntad del Gobierno Nacional. Lo anunciado hasta ahora indica que insistirán en su decisión, en el peor momento fiscal y económico del país en los últimos años, como lo prueban las cifras del Dane y los informes del Banco de la República.

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Por Mario Alejandro Valencia  

Es necesario persistir en la defensa de la empresa hasta salvarla definitivamente de la voracidad del presidente Santos y el ministro Cárdenas
   
A pesar del fallo adverso del Consejo de Estado, que da vía libre a la privatización de Isagén, es importante recordar que la decisión de la venta recae exclusivamente en la voluntad del Gobierno Nacional. Lo anunciado hasta ahora indica que insistirán en su decisión, en el peor momento fiscal y económico del país en los últimos años, como lo prueban las cifras del Dane y los informes del Banco de la República.

La inyección de glucosa santista, para mantener con vida el proyecto político de la decadente Unidad Nacional, traería como consecuencia la pérdida de la apuesta energética más importante y de uno de los elementos fundamentales para el desarrollo.

A pesar del premio a Mauricio Cárdenas como el mejor ministro de Hacienda del planeta, la economía crece menos que las metas, el empleo se estancó y solo crece el informal, las exportaciones no repuntan porque los sectores productivos están en vías de extinción, el ingreso nacional se deteriora y el Presupuesto de 2016 conduce a un mayor estancamiento de la economía camuflado de “austeridad inteligente”. Sin embargo, probablemente vender a Isagén por 1000 millones de dólares menos, por cuenta de la devaluación, le traerá más reconocimientos internacionales.

Durante los últimos dos años Isagén ha despertado el interés y respaldo de variados sectores de la sociedad y de grupos políticos. De no haber sido por el Comité por la Defensa de Isagén la empresa se habría vendido sin pena ni gloria, y hoy los colombianos tendríamos un cartel de transnacionales extranjeras controlando la generación de electricidad, con sus efectos tarifarios y en calidad. Si no pregunten en la Costa cómo les va con Electricaribe.

Los hechos demuestran que el estudio riguroso, la amplitud en la convergencia, el compromiso con el interés nacional y el trabajo arduo tienen efectos positivos. El Comité sigue explorando recursos jurídicos, políticos y todavía tiene mucha ‘energía productiva’. Y como el Gobierno ha probado que no le interesa la oposición de la mayoría, del 80 % del Congreso y de los órganos de control, es necesario persistir en la defensa de la empresa hasta salvarla definitivamente de la voracidad del presidente Santos y el ministro Cárdenas.

@mariovalencia01

Las 2 Orillas, Bogotá.

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