Conecta con nosotros

Columnistas

Sobran justas razones para participar en el Paro Nacional en Bogotá

Por Manuel Sarmiento  

El jueves 17 de marzo se realizará el Paro Nacional convocado por las Centrales Obreras y diversas organizaciones sociales y políticas. En todo el país, los colombianos protestarán contra las políticas neoliberales de Santos, que prorrogan la condición colonial de  Colombia al servicio del gran capital y de las multinacionales, y que la tienen sumida en una  crisis profunda con sus secuelas de atraso, de estrechez para las mayorías y una de las máximas desigualdades del mundo. En lo que respecta a Bogotá, la jornada también servirá para rechazar y denunciar las muy lesivas medidas implementadas y anunciadas por el gobierno de Enrique Peñalosa, en línea con las del santismo.

Publicado

en

Por Manuel Sarmiento  

El jueves 17 de marzo se realizará el Paro Nacional convocado por las Centrales Obreras y diversas organizaciones sociales y políticas. En todo el país, los colombianos protestarán contra las políticas neoliberales de Santos, que prorrogan la condición colonial de  Colombia al servicio del gran capital y de las multinacionales, y que la tienen sumida en una  crisis profunda con sus secuelas de atraso, de estrechez para las mayorías y una de las máximas desigualdades del mundo. En lo que respecta a Bogotá, la jornada también servirá para rechazar y denunciar las muy lesivas medidas implementadas y anunciadas por el gobierno de Enrique Peñalosa, en línea con las del santismo.

A los bogotanos les sobran razones para participar en el Paro Nacional. La carestía va en aumento debido a que los costos de los principales bienes y servicios crecen escandalosamente. En los dos primeros meses de 2016 la inflación en Bogotá fue del 2,76%, la segunda más alta entre las ciudades colombianas. Este encarecimiento es resultado de la devaluación que influye en los alimentos importados que consumimos los bogotanos, pero también de las decisiones de Santos y Peñalosa para descargar la crisis en las capas medias nacionales, incluido el empresariado, y en los hogares de menores ingresos.
 
Por ejemplo, en Transmilenio, el Alcalde prefirió aumentar los pasajes en un 11% y en el SITP el 13% en lugar de renegociar o modificar los leoninos contratos con los operadores privados, contratos que son los principales causantes de la crisis financiera del sistema. Con la misma lógica, Santos, a la sazón del corto circuito energético, decretó un alza de las tarifas, a pesar de que los usuarios hemos pagado 18 billones de pesos para evitar este tipo de incrementos. Desde la adopción de esta medida en diciembre, la tarifa en Bogotá ha aumentado en 5,64%, casi 3% más que la inflación. A esto se suma la decisión del gobierno nacional de reducir el consumo básico de agua a los hogares bogotanos de estratos 1, 2 y 3 y que podría significarles alzas de hasta del 90% en los próximos dos años.
 
La situación tiende a empeorar debido a que la política de libre comercio, que tanto profesa Santos, está acabando con la producción nacional y el empleo formal. Entre noviembre de 2015 y enero de este año, la tasa de desempleo de Bogotá se ubicó en 10,4%, superior a lo registrado un año antes, cuando fue del 8,7%. En el último año la ciudad ha perdido 70 mil empleos por la crisis de la industria manufacturera, cuya producción ha caído continuamente en los últimos cuatro años. Muchos de estos trabajadores son lanzados a la informalidad, y calificados y perseguidos por Peñalosa, como criminales.
 
En el sector público, la inmensa mayoría de funcionarios están contratados mediante “contratos basura”; como en ETB, donde por cada trabajador directo hay cuatro tercerizados, y en los hospitales públicos, donde el 77% de los operarios está vinculado ilegalmente mediante órdenes de prestación de servicios. En empresas privadas como Claro, de propiedad de Carlos Slim, la tercerización también es la regla general, violando los derechos de asociación, negociación colectiva y huelga.
Las privatizaciones del dúo Santos-Peñalosa son otra razón para participar en el paro. Después de feriar a Isagén, el Presidente tiene en la mira a Ecopetrol y a sus filiales, mientras que Peñalosa insiste en denigrar a la ETB para entregarla a la barata a alguna multinacional. A esto se suman el proyecto del Alcalde que fusiona los hospitales para obstaculizar todavía más el acceso ciudadano a los servicios de salud, su propuesta de un metro mediocre y su despropósito de urbanizar la Reserva Thomas van der Hammen, entre otras cosas. Además Transmilenio, el consentido de la Administración, sigue siendo una costosa tortura para los 2,5 millones de pasajeros forzados a utilizarlo.
 
La protesta es una herramienta democrática para la reivindicación de los derechos ciudadanos y la Constitución la protege como derecho fundamental. Cuando los gobernantes actúan en contra del interés general, como lo están haciendo Santos y Peñalosa, es justo manifestar la inconformidad. Por eso, el jueves 17 de marzo los militantes del Polo Democrático acompañaremos el Paro Nacional, sobran las razones.

@mjsarmientoa

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *