El Paro Nacional es una resistencia rebelde que busca la emancipación popular

Por Horacio Duque  

El Paro Cívico de este jueves 17 de marzo no es una simple acción gremial economicista. El mismo expresa la rebelión de la multitud que resiste el modelo neoliberal y paramilitar.

El Paro es parte de un proceso de más largo aliento que se articula al proceso de paz con justicia social y democracia ampliada.

Este jueves ocurrirá una trascendental jornada popular de la nación para rechazar el modelo neoliberal del señor Santos y sus políticas tributarias, de recortes salariales, privatizaciones, ajustes fiscales y de violencia paramilitar.

El hecho de que sea una jornada pacifica no implica que la misma este signada por la pasividad y resignación sistémica.

El Paro hace parte de un proceso de reorganización de masas para recuperar la iniciativa y entrar a la ofensiva desde la multitud, encaminada a lograr transformaciones radicales del Estado y la sociedad civil, en una perspectiva democrática y revolucionaria.

No será fácil que la cúpula gobernante acoja la inexorable negociación del pliego de 15 puntos, planteado por los organizadores del paro.

Seguramente para Santos y el establecimiento profundo el Paro no existirá y las demandas prioritarias no serán reconocidas como problemas esenciales de las mayorías populares.

Pero se equivocan. Esta jornada cívica ocurre en un momento clave de la historia nacional. Se da en circunstancias en que la paz y la terminación del conflicto social y armado, transforma radicalmente la vida cotidiana de los colombianos y las condiciones del funcionamiento del poder en todas las esferas de la sociedad.

Ciertamente, no obstante el escepticismo de algunos análisis, hoy tenemos enormes potencialidades para avanzar en la sustitución del viejo Estado oligárquico y su régimen político, reemplazándolo por una institucionalidad acorde con las características de la Colombia del siglo XXI.

La resistencia rebelde del pueblo, canalizada por el Paro Cívico, se enfoca en la lucha emancipadora. Es mejor asumir que el acontecimiento en curso se articula a una sólida y consistente ola de acción popular con enorme disposición para la ruptura política.

El de este 17 de marzo es un eslabón de una cadena rebelde que se ha propuesta profundizar la democracia ampliada pactada en la mesa de diálogos de paz y el poder popular directo como alternativa al poder de las castas oligárquicas.