Columnistas
Felipillo sale del closet
Por Max Lesnik
Los españoles se deben estar preguntando en estos días a que viene eso de Felipe González del volver a la palestra pública haciendo declaraciones en la prensa anunciando su intervención en los asuntos de Venezuela apoyando a los opositores del presidente Nicolás Maduro que están encarcelados bajo la acusación de salirse de las normas legales del país montando una ola de revueltas callejeras con la intención de derrocar al gobierno legítimo de esa nación sudamericana.
Por Max Lesnik
Los españoles se deben estar preguntando en estos días a que viene eso de Felipe González del volver a la palestra pública haciendo declaraciones en la prensa anunciando su intervención en los asuntos de Venezuela apoyando a los opositores del presidente Nicolás Maduro que están encarcelados bajo la acusación de salirse de las normas legales del país montando una ola de revueltas callejeras con la intención de derrocar al gobierno legítimo de esa nación sudamericana.
“Felipillo”, como le dicen los que le conocen de sus tiempos juveniles, no es de los que va a dejar la vida muelle que lleva de millonario retirado, para andar buscándose líos y polémicas innecesarias a menos que haya razones mayores que le obligan a salir de su ostracismo voluntario.
La razón mayor es que para el capitalismo español que defienden y representan tanto el Partido Popular de derechas que lidera el presidente Mariano Rajoy, como para el PESOE del cual “Felipillo” es uno de sus fundadores históricos, el gobierno venezolano del presidente Maduro es según ellos, el eslabón más débil de la cadena de solidaridad Latinoamérica que integran los gobierno bolivarianos que se enfrentan a la voracidad imperial del norte revuelto y brutal del cual España ha devenido en un despreciable instrumento servil.
Piensan ellos que derrocando en Venezuela al presidente Maduro después vendrían, como naipes en caída libre, los gobiernos de Ecuador, Bolivia y Argentina todos ellos en la mira del imperio a quien bien sirve “Felipillo”. Y de paso, aislar a Cuba para que se enfrente en solitario al poderoso coloso del norte y a su reinventada política de la “fruta madura”, ya que la anterior ha fracasado por más de sesenta años de intentos.
A decir verdad los viejos agentes nunca se retiran definitivamente. Y Felipillo es un buen ejemplo. Ahí lo tienen, descongelado en el tiempo, sirviendo de instrumento al Diablo que bien le paga por su trabajo sucio.
Triste destino el de los que como Felipe González traicionó sus sueños juveniles de socialista revolucionario para terminar peinando canas de abyecta ignominia.
“Felipillo” salió del closet. Ahora anda haciendo su trabajo sucio contra Venezuela. En una ocasión hizo lo mismo con Cuba. Y se ganó un recado de Fidel que se lo llevó García Márquez. Me lo contó en privado el propio “Gabo” en una cena en el restaurante del Chef Erasmo. No voy a repetir el recado. Solo diré que más nunca “Felipillo” volvió a pisar tierra cubana. Adivine usted el recado.
Radio Miami.