Columnistas
Se acabó la economía
Por Diego Otero Prada
Las noticias no son nada buenas para la economía colombiana, pero lo que más sorprende es la inercia de las autoridades económicas, actúan como si nada estuviera pasando. Lo mismo se puede decir de los economistas ortodoxos neoliberales que ahora les parece muy bien el dólar por las nubes.
Ya se sabía hace varios años del deterioro en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que tarde o temprano se reflejaría en la tasa de cambio que ha llegado a 3200 pesos por dólar y el peso seguirá devaluándose más porque el Banco de La República no hace nada dentro de su política del libre juego de las fuerzas del mercado y la teoría del Consenso de tasas de cambio flexibles.
Por Diego Otero Prada
Las noticias no son nada buenas para la economía colombiana, pero lo que más sorprende es la inercia de las autoridades económicas, actúan como si nada estuviera pasando. Lo mismo se puede decir de los economistas ortodoxos neoliberales que ahora les parece muy bien el dólar por las nubes.
Ya se sabía hace varios años del deterioro en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que tarde o temprano se reflejaría en la tasa de cambio que ha llegado a 3200 pesos por dólar y el peso seguirá devaluándose más porque el Banco de La República no hace nada dentro de su política del libre juego de las fuerzas del mercado y la teoría del Consenso de tasas de cambio flexibles.
Lo que vemos es el resultado de más de veinte y cinco años de políticas ortodoxas correspondientes a un modelo que ha fracasado. Este modelo acabó con la industria y la agricultura, para concentrarse en recursos naturales no renovables como el petróleo, el níquel, el carbón y el oro y uno que otro producto agrícola (café, azúcar, flores).
Se partió de supuestos sobre las commodities equivocados en el sentido de creer que los precios continuarían creciendo o se mantendrían en valores altos. Pero, lo más grave, no se aprovecharon esos diez años de bonanza para diversificar la estructura económica.
Ahora piensan que con la devaluación masiva del peso colombiano de más de 60% desde diciembre de 2014 van a responder una industria y agricultura acabadas. Esto va a tomar mucho tiempo pero solamente si se adoptan medidas adecuadas. Desafortunadamente nuestras autoridades y economistas ortodoxos están completamente dominados por una fe ciega en las fuerzas del mercado, que nos están llevando al despeñadero.
Es bastante cínico lo que ahora ocurre con las mentes neoliberales. Antes, cuando el peso estaba sobrevalorado no decían nada, les parecía correcto. Ahora, cuando se les fue de las manos la devaluación hablan de que la tasa de equilibrio del peso está alrededor de 3000 pesos. Que comentarán cuando llegue el dólar a 3500 pesos? Que esta es la tasa de equilibrio?
Hay alternativas, por supuesto. Hay que abandonar la teoría de la tasa de cambio flexible; no firmar más TLC y revisar los que tenemos teniendo en cuentas las cláusulas de reserva que estén inscritas en esos tratados; financiar investigación a todo nivel, especialmente para la agricultura y la industria; dar asistencia técnica para el campo; definir una política industrial; controlar los costos de los energéticos, como el de la energía eléctrica que pesa mucho para la industria y el comercio; profundizar las relaciones comerciales con nuestros vecinos.
Claramente se requiere urgentemente un cambio de modelo, pero para que esto se dé se necesitan nuevos dirigentes y otro tipo de economistas a los que vienen desde hace decenas de años dirigiendo al país.
Infortunadamente aquí no pasa nada. Estamos en el mejor de los mundos. Todo va muy bien. Los colombianos emigran para Venezuela y otros países y no se preguntan por qué.
El mundo de nuestra clase dirigente es un mundo mágico, de espectáculo, estamos en una sociedad del espectáculo, ¿hasta cuándo?
@DiegoOteroP